Reseña de "El aprendizaje del escritor" de Jorge Luis Borges
Antes que nada
hay que destacar el marketing del libro. “El aprendizaje del escritor” parece
ser una especie de gran texto y gran reflexión que Borges habría dejado como
unas memorias, luego de años de reflexión y profesión como el gran escritor y
pensador literario que fue. Incluso, en la contratapa de libro se habla de
muchas de las preguntas pertinentes al oficio de ser escritor: ¿Qué diferencia
a un cuento de un poema? ¿Cómo los escribe? ¿Cómo escribe una obra o una
traducción en colaboración? ¿Qué diferencia hay entre cuento y novela? ¿Cuál es
el deber del escritor en función de su tiempo? ¿Existe diferencia entre lo que
el escritor se propone hacer y lo que efectivamente hace?
Y se dice en esa
contratapa que esas preguntas son respondidas en el texto, lo que es verdad, pero de forma muy escueta, indirecta, y
superficial. No van a encontrar capítulos escritos por Borges dedicados a cada
pregunta o temática. La contratapa empieza hablando de “Los textos inéditos
suelen perdurar en papeles dispersos, márgenes…”, sí, bárbaro, pero estos no son textos, no son formas y
cosas pensadas por el autor y volcadas al papel. No es lo mismo responder
preguntas en el momento que una reflexión puesta por escrito con el cuidado y
precisión que sabemos Borges tuvo por las palabras. Insisto, lo interesante es
la dimensión práctica del Borges que se lee en el libro, comentada incluso por
su traductor, escuchar cómo es trabajar con Borges de primera mano, pero no es
éste “El aprendizaje del escritor”, podemos nosotros aprender de Borges,
siempre, obvio (insertar meme de “El hoyo”), pero no porque sea eso lo que se
desprenda directamente del libro
Así que si van a
leer este libro no esperen un manual o grandes reflexiones de Borges, porque no
es eso. Como dije el marketing es muy bueno, pero este texto es otra cosa. El
libro es un desgravado de unos talleres y charlas en las que participó Borges
junto a su traductor norteamericano Di Giovanni en la Universidad de Columbia
en 1971. Sí, es súper interesante leer a Borges y al traductor charlar sobre
las cuestiones idiomáticas y literarias, las diferencias del idioma, entender
que la cadencia de Borges cuando escribe están pensadas primero en inglés (no
solo por pedante, sino primero porque aprendió los dos idiomas a la vez de
niño), y como las primeras traducciones de otrxs traductorxs son muy malas
porque son literales, y no necesariamente la gramaticalidad de la forma de narrar
de Borges es siempre la típica del inglés, pero tampoco siempre la del español.
Lo es también ver a Borges ser intervenido más veces por varios estudiantes y
discutir cosas como el compromiso político del arte en el que se puede estar de
acuerdo con Borges en que no hace falta hacer un panfleto de los textos para
comprometerse políticamente con el tiempo, pero que por otro lado no porque lx autorx esté dentro de un tiempo
y espacio implica que esté políticamente comprometido. Es decir, una cuestión
existencial,y metafísica, el hecho de que la humanidad ya esté delimitada
ontológicamente en un tiempo y espacio, tampoco implica que haya que
relativizar de forma esencialista lo social, porque hay claramente formas
diferentes de intervenir en el arte en lo político que van más allá de la excusa
y el lugar pasivo de Borges “de que se
está inscriptx en un tiempo y espacio histórico determinado”. Pero bueno, eso
es lo de siempre que unx discute de las ideas de Borges, por lo que como decía,
es más de lo mismo.
Es súper
interesante también verlo en sus diferentes facetas. Primero como cuentista
expone junto a Di Giovanni sobre el cuento “El otro duelo analizan frase por
frase, abordan las diferentes traducciones que hicieron y discuten con otras, hablan
de las cuestiones de la verosimilitud (por ejemplo la diferencia entre
kilómetros y millas), y qué recursos y trucos usa Borges. También es muy
interesante el hecho de qué implica escribir o traducir con otra persona, que para
Borges era necesariamente “ser una sola mente”. Además de su faceta de
traducción, también como poeta era menos “moderno”, tenía una idea renacentista/impresionista
de la poesía como esperar que algo le inspire. A la vez discute con lxs alumnxs
porque insiste en aprender las formas clásicas de la poesía antes de escribir
en verso libre, y un alumno le dice que para él es más fácil el verso libre, lo
cual dado que eran los ’70 tiene todo el sentido del mundo, pero en Borges
también tiene sentido su conservadurismo por ser una persona que vio todos los
cambios métricos de la poesía y su completo abandono. Esa faceta es totalmente lógica en un hombre
anciano nacido a fines del siglo XIX.
Hay que destacar
el trabajo de traducción de Julian Ezquerra en este libro, porque todas las
conferencias son en inglés y por momentos hablan del español, y de la
traducción y de la traducción de la traducción, etc, y de otras traducciones y
traductores. Se nota que hablan por momentos en español y en inglés, y hasta en alemán. A
veces repiensan o repasan otras traducciones y van al detalle mínimo, editorialmente es muy acertado que hayan
puesto los textos en inglés y español antes de cada charla/taller, el traductor
Ezquerra se encarga de que todo (no siéndolo realmente) sea súper prolijo.
Es un buen libro
para personas interesadas en escribir y repensar el escribir, no se van a
llevar grandes reflexiones pero es interesante verlo a Borges es un espacio más
práctico, donde es más interrumpido e
intervenido que otras veces, donde solamente es un conferencista al que se lo
escucha y alaba. Es muy loco leerlo y sentirlo enojado discutir con lxs alumnxs.
Defenderse de ciertas críticas o lecturas, ver a un Borges más cotidiano, o
cortado en seco por el traductor, no endiosándolo pero tampoco menospreciándolo.
Para quien ya conoce y leyó a Borges se
va a encontrar más de lo mismo, la reiteración de sus posturas literarias y
políticas y la mar en coche. No va a encontrar nada nuevo en relación a eso,
pero sí insisto, se va a encontrar con un Borges más mundano.
Es un libro con
un trabajo de traducción increíble, que va a ser más interesante para las
personas que ya escriben por las discusiones entre Borges, Di Giovanni y les
estudiantes. Más allá de eso, es solamente un desgravado de unos encuentros con
Borges, no son ni conferencias ni unas masterclass. La verdad que decepciona al
principio un poco, y como todo desgravado por momentos es aburridísimo y
tedioso, más todavía por las expectativas que genera el nombre del libro y la
contratapa. Es muy criticable cómo se infla una charla como si fuera un libro
con una gran revelación sólo para vender. No hay nada real de “El aprendizaje
del escritor”, pero sí está bueno (a
veces) escuchar a un viejo escritor pensar y reflexionar sobre lo que ya
escribió.
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