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Mostrando las entradas de mayo 24, 2022

1er premio-"El reloj" de Adriana Quintero

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  Les compartimos el texto ganador de nuestro 1er Concurso de Poesía Social. ¡¡Felicitaciones Adriana Quintero!! EL RELOJ-ADRIANA QUINTERO La carne en el fuego. Sartén sin afanes. Burbujas nadando sobre el agua. Bolsa de té en el pocillo, Esperando. Rosita corre a su cuarto Faltan cinco, Ya casi. Cepilla fuerte los dientes y suave el pelo que baila con la cintura. El espejo muestra angustia. Reloj de pocos amigos, saltarinas manecillas. Ella vuelve a la cocina toma la espátula Voltea el filete.  Chispea. Grita. Otro grito lanza la taza Al sentir el agua que arde.  Marido llega, no saluda. Rosita saluda, tiembla y sirve.  La sopa está fría, Para nada sirves. La carne está dura, mi plata no vale. Marido se quema con el té. Lanza el puño sin palabras. Ella se mueve.  Él es más rápido, más alto,  más fuerte, Más enojado. -------------------------------- Instagram de la poeta ---------------------------------------------------------------------------- Si te gusta este texto, seguro te van a

2do Puesto-"Claroscuro" de Juan Barrios

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Les compartimos el segundo puesto de nuestro 1er Concurso de Poesía Social. ¡¡Felicitaciones Juan Barrios!! CLAROSCURO-JUAN BARRIOS La cuidad otra vez  la mañana desde el fondo. Otra muerte traficaba, un presente prometía un futuro equivocado, Y de luces se apagaba renovando los destellos moribundos, de rehén y de espaldas dibujaba una sombra a contraluz atormentado. De balcón, un cadalso sin baranda impulsaba un lamento a la emplanada, Su destino así multiplicando los errantes albores silenciados. Lastimoso, reciclado quizás en sus palabras. Por su amor intacto por La Causa; le entregaban su muerte a domicilio así lo suicidaban en un vuelo construido hacia el ahogo de las lágrimas de un ave pasajera, su Revolución otra vez fue traicionada, Traspasando el cielo encontró el rio, de cemento y de carne transpirando, una gota de una sangre ensangrentaba la manga de su traje contra el pecho. Ironía de tantos sortilegio de un fin tan repentino, que ni pudo ni ver quién lo mataba, solo vio un