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"Líneas mojadas sobre la mesa" (Cuento) de Diego Carrizo

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Líneas mojadas sobre la mesa-Diego Carrizo El hielo cruje entre sus manos. El frío no le afecta la piel curtida de aguantar. Es una noche de verano desperdiciada en un bar ambientado como una jungla al aire libre. Ideal para perderte luego de decir que vas un segundo al baño. Sofía no quiere el camino fácil de desaparecer y bebe del trago helado. Piensa pequeñas catástrofes para acelerar el tiempo: le divierte la idea del techo vivo cayendo sobre las personas, sus bocas pintadas mascando el barro. En la mesa junto a ella está Horacio, su novio. Y sentada enfrente está Julieta, su amiga. La ausencia de señales del tipo hora espejo, o palabras singulares en carteles, la mantienen con la idea de dejar pasar un día más. El celular caliente en el bolsillo de la cartera resguarda capturas. Ella decide apagarlo. Arriba fragmentos azules forman el cielo resquebrajado de una noche templada. En una silla más allá un hombre raro la mira sin deseo, preocupado. Como si desde esa distancia tuv

"Perlas de Luna Triste"-Maximiliano Bessone

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  PERLAS DE LUNA TRISTE El primer llanto recuerdo pueril rechazo los siguientes no tienen número salvo  conocerte el cáliz cayó  y nosotras no lloramos juntas nunca solo yo dolor no es sufrimiento adormecedora quietud engaño  podrías ver? por encima  de la obra último llanto tu recuerdo  ------------------------------------------------------- Redes del autor: https://instagram.com/max .bessone

"Caput" (Cuento) de Sofía Carrizo

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Se amontonaron todos en la puerta del salón, el preceptor tuvo que hacer presión para poder entrar. Kiara tenía las manos y la cara manchadas de rojo con lo que parecía ser brujería que fluía por la mesa de una bolsa de supermercado. Cuando más miraba la bolsa, mayor era el horror que se le dibujaba en la cara.  Una figura del fondo tomó coraje y con una lapicera se animó a revolver en la mezcla, y encontró un papel, con runas casi desdibujadas, salvo por una parte: Caput in Mortuum KIARA. En degradé las miradas se posaron en ella. Un murmullo (la envolvió a modo de enjambre) se venía a alimentar de su inminente ataque de pánico. Fue demasiado, empezó a gritar.  El preceptor que hasta ese momento era un mueble más del salón, recordó su función. En un segundo estaba sentado con Kiara en su oficina, sirviendo dos vasos de agua.  Trató de hablar con ella como queriendo hilvanarla a la realidad, pero miraba absorta la pared.  Lo único que emitió fue un susurro a modo de mantra Caput

"Ahora que el fuego avanza" (Cuento) de Vanessa González

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Ahora que el fuego avanza, pienso en ti. Tengo tiempo, estoy en el segundo piso y las llamas bailan en el living, abajo. Solía contarte los detalles de mi día. Aunque me guardaba una parte. Esa que espero que sepas aunque no te la haya confesado. En la mañana el sol me despertó. Siempre olvido cerrar bien la cortina. Me puse la almohada en la cara e intenté seguir durmiendo, pero un pájaro cantó en el árbol del jardín y otro le respondió un poco más allá. Recordé que hoy es el día y me levanté. Ya en el baño, me miré al espejo mientras el agua se calentaba. Tengo ojeras, un par de granos en la mejilla derecha y el pelo disparejo. El vapor de la ducha fue desapareciendo mi reflejo y ya no pude verme. El agua estaba caliente, como las tablas de madera del suelo ahora. Me recordó a los baños que me dabas cuando niña. Vamos a dejarte muy limpia, decías. Un día, mi mamá llegó antes. Estuvieron gritándose por horas. Ni siquiera se acordaron de sacarme. Me quedé en la tina hasta que se me