Reseña de "La masa sonora del poema" de Idea Vilariño, por Martín Domínguez



A nadie le importa la poesía. Menos la prosodia. ¿Qué es la prosodia? En la poesía es el estudio de cómo suenan las palabras, el estudio no de los sentidos, sino de los sonidos. De la combinación de sonidos, es decir, de la música/musicalidad de los poemas, de la melodía, de la entonación, de la lira de la Antigua Grecia con la que se cantaban los versos y que pervive sublimada en nuestras formas poéticas.  


Este libro es de una poeta que escucha, analiza y piensa la poesía, este libro no es para cualquiera. Hay que tener algún conocimiento mínimo de poesía (si es escribiendo mejor) y de métrica. Desde ya que siempre se invita a cualquiera a leer, pero vaya avisadx. Tan es así de específico el libro que Vilariño no lo pudo publicar en vida, no se lo quería publicar ninguna editorial. Hacía años que yo lo buscaba y no podía conseguirlo, agradezco mucho al poeta Franco Guarrera, que fue el que me lo facilitó.


Son tres ensayos: “La masa sonora del poema”, donde desarrolla Vilariño su aparato teórico-práctico prosódico, y dos más, en los que (a partir de ese primer ensayo) se analizan poemas de Antonio Machado y Rubén Darío. Importantísimo leer el primer ensayo porque sino los otros dos asustan y no se entiende nada. Idea desarrolla (inventa) sus propias formas gráficas de análisis prosódico de la poesía porque no existen las herramientas adecuadas, o porque las que hay son demasiado viejas y vetustas.


Cualquier persona que haya leído a Vilariño, se da cuenta de los juegos poéticos, de la precisión de las palabras, etc. Pero lo que se ve en este libro es la búsqueda minuciosa, obsesiva de cómo suenan los poemas y como eso constituye lo más fundamental de todo para Vilariño: el ritmo.


El ritmo y el sonido es lo que le dan vida al poema, de todo lo demás puede prescindir, hasta del sentido (véase sino el poema fonético "Karawane" de los dadaístas). El problema del verso libre para Vilariño es que se olvidó de que antes que nada, el poema es sonido, que es oral, y de esa misma forma hay que oír y escuchar, leer lo que se escribe. Los tratados medievales y los posteriores de métrica para Vilariño son cosas muertas, fosilizadas, todo lo que se ve del poema visualmente (los versos, las metáforas, los sentidos, etc) está “desplazado” respecto al sonido. Primero es el sonido, primero se habla, se poetiza, después se escribe. Importantísimo también al momento de analizar hacerlo con el oído y no con una regla. No hay que confundir la longitud de la grafía con la música de la poesía.


-------------------------------------------------

Si te gustó este texto seguro te van a gustar estos:


"El teatro del amor" por Leandro Turco


"El hombre habla de ríos", comentario a la poesía de Langston Hughes de Franco Guarrera






Comentarios

Entradas más populares de este blog

Espíritu en el agua- Stella Maris (microrrelato]

"Líneas mojadas sobre la mesa" (Cuento) de Diego Carrizo

"Perlas de Luna Triste"-Maximiliano Bessone