"Guitarra rota" de Andrea Porpiglia
Tengo una guitarra desafinada en mis manos
inexperiencia en asuntos de corales
no tengo idea de lo qué es que el puente se
levante
que desajuste todo el tiempo mis ideales
una guitarra rota en mis brazos
oscuridad del río que aparece
sonido vivo, coplas verdes
fogón del pasto, canción en la intemperie
una guitarra desvelada llama a los grillos
desgarro último del campo,
caballos fuertes traen la música
vuelven al cuarto a donde nadie vino,
una guitarra en la ventana guarda barcos
pesqueros, ruido de olas, el mar silbando bajo
una guitarra desalmada en mi regazo
rota en partes para unirla
tomándome el tiempo para verme
con mi gato descubriendo qué es qué tiene
¿Qué es lo que tiene esta sonrisa ancha?
un almacén sin sus comidas principales.
vuelvo al pueblo y le pregunto a sus mujeres: un
instrumento en las manos de un señor que mira al viento, gime un cántico y un
cuento. En el pulmón del valle de pavimento anaranjado, los hogares con paredes
resistentes: oído atento del verano taciturno.
un galpón desde el costado menos transitado sostiene
un techo oxidado, un baúl que estuvo mucho tiempo en un jardín abandonado,
entona a un recuerdo a punto de morir si no fuera por la enredadera
voraz.
un puesto de comidas callejeras se enfrenta a un
terreno olvidado, estoy tratando de ver, a ver qué tiene. La luciérnaga que
llega a las casas antes de que se vayan a dormir, una guitarra en la vereda
para que los autos de la ruta vuelvan a entrar, un ánimo festivo
aunque de afuera nadie podría decir si el lugar está vivo,
un baúl descascarado y con la piel resquebrajada atrapa
cada partícula de sol en un abrir desesperado, un rayo de calor cae
perpendicular a su espalda… masajea su cantero lleno de
jazmines y naranjas,
vuelvo a bordear las calles del establo y
una estrella que no deja de dar vueltas no
pierde de vista a mi guitarra.
¿en qué estación quedaron las reuniones
en el árbol? Busco a ver si todavía están, las señoras con sus
cuencos, delantales y de pasos apurados. Me acerco a los portales con plantas
decansando en el umbral, vuelvo al pueblo y les pregunto, miro cerca a ver qué
tiene.¿Barren el polvo que entra en los comercios? Se sigue oliendo a barro en
todos lados.
Me estoy tomando el tiempo, a ver qué tiene. le estoy
hablando al tiempo, a ver qué tiene.
Tengo memoria de las cosas que no dije (los lugares
que no estuve. El muelle alejado de un país que extraño – al que no
fui, y no podría haber estado)
Tengo la voz cansada y ronca: poemas que
conversan y le lloran a la almohada.
Tiene muchos elementos bonitos este texto, me encantó.
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