Juan Forn, la prosa poética, y sentir lo que escribimos


 


por Martín Domínguez

Para todas las personas que venimos leyendo a Juan Forn hace años en Página /12, enterarnos ayer de su partida fue un golpe duro. Particularmente en mi caso, son esas cosas que en este contexto de la pandemia donde la muerte está (o parece estar más cerca), pegan duro, como perder un familiar. La literatura de Forn, es de esas  que nos hacían querer más la vida, y ahora que él ya no está, algo falta en la hermosura de la vida, del mundo.

"¿Qué escribía Juan Forn?" sería una pregunta atinada para alguien que nunca lo leyó. Sin duda, donde el más cómodo se sintió y donde más se destacó fue en la narrativa, tanto en el periodismo como en la literatura. Escribió cuentos, novelas, crónicas, coordino secciones de diarios, fue editor, coordinador de talleres literarios, etc. Un tipo súper lúcido y despierto que por ejemplo, supo ver la genialidad de Mariana Enriquez, y publicarla cuando era muy jovencita. Hoy no nos damos  cuenta cuán importante es su legado para la literatura y el periodismo, su fusión del género en las columnas que tenía en Página/12, pero como todo, con los años llegará.

Más de una vez le preguntaron qué era lo que escribía en esas columnas, y él decía que le gustaba que "las paralelas se tocarán", sin preocuparse mucho por lo que "era" (léase esto con mucha comillas) lo que escribía. Mezclaba la investigación periodística con historia,  elementos poéticos, y narraciones extraordinarias que te tenían siempre atrapadx, y que te dejaban pensando, viviendo esas historias que contaba.

Si me preguntan a mí qué escribía Juan Forn, como escritor y tallerista, diría que era prosa poética. No por giladas teóricas o de análisis sino por cómo me hace/hacía sentir. ¿Es esto solamente una apreciación subjetiva? Sí y no. Si todo fuera tan subjetivo como se suele decir-ya sabiendo por supuesto que no existe la objetividad absoluta- la elección de la música en las series, películas y marketing sería azarosa, y claramente no lo es sino que está muy estudiado. Así como diferimos en la singularidad, socialmente coincidimos más de lo que creemos en lo que nos genera o induce a sentir una música, un montaje. 

Por eso digo, que Forn me hace sentir lo mismo que las crónicas de Clarice Lispector, me hace viajar, sentir, conmoverme con historias mínimas, me hace replantear muchas cosas. Textos escritos de forma genial, narrativa y poética. No me interesan los conceptos ni "géneros", porque son etiquetas, nombres, que le ponemos a las cosas para pensar o entender, el problema es cuando pensamos que las palabras son las cosas (Foucault/Aristóteles de manual). Siempre le digo a la gente que participa de nuestro taller con sus textos, sobre todo a la que está más vinculada a una forma de escribir, (narrativa, poesía, crónica, etc) que si  alguien les pregunta cómo escribir un cuento o una poesía, quizás no sepan o no tengan en principio los conocimientos teóricos de cómo enseñarlo, o cómo guiar a esas personas, pero que ellxs sí saben cómo se siente escribir una poesía o un cuento, etc, y eso es reconocible y transmitible. Poder darles palabras a unx otrx que no lo tiene es algo hermoso, y es algo que siempre vamos a poder agradecerle a Juan Forn.

A continuación les dejamos algunas de sus hermosas crónicas:

https://www.pagina12.com.ar/348979-homero-en-los-balcanes

https://www.pagina12.com.ar/345893-sol-blanco

https://www.pagina12.com.ar/342949-el-derviche-inmovil

https://www.pagina12.com.ar/340161-anochece-en-alejandria


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